Nota sobre Alquileres
La mayoría de las inmobiliarias admiten que hay una consciente flexibilización de las partes. El protocolo de prevención es el indicado por el COE.
María Allisiardi
10 de junio En el marco del confinamiento actual, la reapertura de algunos comercios y actividades profesionales conlleva gastos que las empresas deben asumir para ponerse en marcha. En Córdoba (salvo los casos excepcionales que optaron por incrementar la prevención instalando dispositivos de sanitización o control de temperatura en los ingresos de los edificios), el resto se abocó a cumplir con lo que dicta el protocolo según el rubro: barbijos, guantes, distanciamiento marcado con vinilos en el piso, alcohol en gel, desinfección y limpieza con agua e hipoclorito, entre otras medidas. La realidad es que la mayoría de los locales comerciales y profesionales levantaron sus persianas con mucho esfuerzo, primero por los gastos extras que deben asumir para mantener la salubridad y, por otro lado, por las deudas pendientes: un contexto complicado, teniendo en cuenta que las operaciones disminuyeron considerablemente. Pese a la compleja situación, los inmobiliarios admiten que en este tiempo ha habido una genuina flexibilización de las partes y que las deudas se van saldando con acuerdos particulares. Aspectos generales En relación a los pagos de alquileres (de oficinas y/o locales comerciales), “en la mayoría de los casos se instrumentan a través de acuerdos entre las partes; se pactan valores de alquileres de acuerdo al rubro y la situación particular de cada locador y locatario, y se extienden recibos cancelatorios de cada mes que pasa con un nuevo acuerdo, ya que fueron diferentes fases: en abril, mayo y junio las flexibilidades cambiaron y la posibilidad de operar de cada rubro también”, explica Matías Merguerian, titular de Merguerian Asesoramientos Inmobiliarios. La función de los inmobiliarios fue fundamental: “unir las partes para que tomaran decisiones, teniendo en cuenta la situación de uno y otro. En algunos casos, los propietarios redujeron el valor de los alquileres entre un 10, 20 y hasta un 50 por ciento; incluso, se presentaron casos en los que el inquilino asumía los gastos fijos (expensas e impuestos) y el alquiler se renegociará cuando haya un panorama más claro”, explica el referente de Lima Servicios Inmobiliarios, Marcelo Wior. Vale recordar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que establecía, entre otros ítems, que el costo de los alquileres quedaba fijo desde marzo hasta el mes de septiembre inclusive, desactivando así el incremento semestral que se hace habitualmente. “Ha existido muy buena voluntad de los propietarios; en muchos casos no han cobrado el alquiler, en otros se cobró la mitad, otros financiaron en cuotas, y en los casos en que el inquilino rescindió el contrato con antelación no se cobró la multa correspondiente”, dice el titular de Moyano Trebuc, Carlos Noel, quien agrega que las operaciones y decisiones se analizan día a día en función de las resoluciones públicas. En resumen, la re apertura de la actividad comercial está amortiguada por el trabajo mancomunado entre propietarios, inquilinos e inmobiliarios, que analizan cada situación y determinan cada paso buscando la oportunidad mutua. «Ante la falta de acuerdos, los propietarios aguardan septiembre para exigir los pagos pendientes», Matías Merguerian. Fuente: La Voz / Seccion: Clasificados / Fecha: 10 de junio 2020.-]]>
Deja tu comentario