Seis plantas autóctonas que podemos tener en nuestro jardín.-
Marzo es una buena época para mejorar nuestro patio y jardín. El suelo está húmedo por las precipitaciones de verano y todavía se esperan nuevas lluvias. También es una oportunidad para pensar en incluir especies autóctonas. Conocé las ventajas de tener plantas autóctonas en nuestra casa.
1- Pasionaria
Para alambrados y pérgolas. La pasionaria (Passiflora caerulea) es una enredadera con zarcillos y con vistosas flores. También se la conoce como “flor de la pasión”. Crece espontáneamente en los alambrados. El fruto es parecido a una granada pequeña, es comestible y se puede hacer mermelada. Las hojas de esta planta se utilizan para hacer una infusión relajante, con uso similar al té de tilo. Además, sus hojas son el alimento de la oruga de la mariposa de los espejitos. “Ver el ciclo de la mariposa en el jardín permite tomar más contacto con la naturaleza”, dice Eynard, quien la recomienda para ser usada en cercos sobre alambrados de rombos o en pérgolas.
2- Manzano del Campo
Para veredas. El manzano de campo (Ruprechtia apetala) es un árbol de hasta seis metros de altura. Es una especie recomendable para las veredas porque no tiene espinas, crece a buena velocidad y es vistoso en verano por el fruto y en otoño por las hojas cobrizas. También apta para plantarla en jardines, incluso en los que no tienen mucho lugar porque se desarrolla del tamaño de un naranjo. Idealmente se planta a pleno sol. No produce manzanas, sino un fruto que se parece un farolito con alas. El nombre “manzano de campo” hace referencia a la forma de la hoja, que es similar a la del manzano.
3- Chilca
Para el cantero. La chilca (Flourensia campestris) es un arbusto de hojas brillantes y flores que parecen margaritas amarillas. La planta tiene un tamaño mediano y alcanza hasta un metro de altura. Su aspecto es similar a la margarita africana. En los jardines puede ser plantada mezclada en cercos o en canteros al sol, para aportar color y atracción de polinizadores. Requiere muy poca agua. Las hojas tienen una resina que contiene compuestos con los que se hacen insecticidas naturales. Pertenece a la familia de las asteráceas, las más numerosa entre las plantas que tienen flores.
4- Peperina
Más que un yuyo.La peperina (Minthostachys verticillata) es una hierba medicinal con florcitas rosadas. Es típica de las sierras de Córdoba y está en riesgo por la extracción sistemática. “Plantarla en un jardín es una forma de tomar conciencia sobre el cuidado de nuestra biodiversidad, además de usar sus hojitas para el mate o para hacer infusiones digestivas”, asegura Eynard. Puede ser plantada en macetas o canteros, sola o con otras flores a media sombra o al sol. Se resiembra sola. Su olor y sabor característicos están dados por dos aceites esenciales: mentona y pulegona.
5- Moradillo
Para armar cercos. El moradillo (Schinus fasciculatus) es un arbusto con hojitas perennes, de aspecto similar a la ligustrina. Esta especie es apta para hacer cercos verdes ya que es de rápido crecimiento cuando es regada y además porque tiene follaje bien denso. También se la puede trabajar para que forme un arbolito pequeño, de tres metros de altura. Tiene pocas espinas y se reducen cuando la planta tiene algo de riego. Produce un fruto dulce y picante que atrae pájaros y es comestible.
6- Algarrobo
La más reconocida. “El algarrobo es la autóctona que más abunda en los viveros y la que más reconoce y pide la gente”, dice Eynard. Los algarrobos pertenecen al género Prosopis. La mayoría son valorados por su madera dura. El algarrobo blanco alcanza hasta los 12 metros de alto y un metro de diámetro. El algarrobo negro puede ser aun más alto.
Fuente: Lavoz.com, Sección Ciudadanos. Fecha: 06 de Marzo de 2016.
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