Por Norman Berra

Luego de dos años de vigencia de la actual Ley de alquileres, la situación según los referentes del sector es clara: poca oferta y mucha demanda. Si se modifica la normativa no hay expectativas de que el mercado cambie drásticamente, aunque podría mejorar un poco.

“La necesidad de techo seguirá latente en igual intensidad, y la retracción de la oferta (aunque puede mermar un poco), será una constante mientras no haya seguridad jurídica, no sólo en cuanto a la imprevisibilidad al usufructuar el inmueble en un período menor a tres años por parte del propietario o al actualizar contratos (principales cuestiones a cambiar ahora), sino que en cada modificación de la ley se esbozó la idea de un cambio en la forma de cobrar el alquiler”, dice Agustín Tea Funes, presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de la Provincia de Córdoba (Cacic).

Según Tea Funes, la obligatoriedad de inscribir contratos en la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), la condición de cobrar alquileres por cuentas bancarias y la idea de incorporar tributos nuevos a la vivienda ociosa hacen plantear el interrogante respecto a si la ley apunta a beneficiar a las partes o a fortalecer la recaudación para el Estado.

“Son ideas descontextualizadas que generan incógnitas. Si ya sabemos que la ley fracasó rotundamente, pues el Estado no escuchó a los actores que alertaron sobre los potenciales problemas, ¿por qué mejoraría la situación con algunas modificaciones? Si en otros mercados la ley anterior no funcionaba, en el de Córdoba sí lo hacía, y teníamos mucha oferta con precios más bajos”, compara el directivo.

VAIVENES DEL MERCADO

“Hubo una importante cantidad de inmuebles que salieron definitivamente de la oferta del alquiler para pasarse a venta, debido a las desventajas que los propietarios vieron en la Ley de alquileres. Si bien la oferta se corrigió con el correr de los meses y la recuperación de los valores de alquiler, aún hay muchos propietarios que mantienen sus intenciones de venta”, explica Francisco Oieni, encargado de alquileres de Inmobiliaria Merguerian.

Lo óptimo sería consensuar una normativa cuyo impacto fuera relativamente equilibrado para las partes interesadas.

En ese marco, Oieni estima que si continúa el alza en los valores de los alquileres como en los últimos meses de 2021 y principios de 2022 y se reacomodan algunos puntos difíciles de la ley (como el período mínimo de contrato y el formato de actualizaciones), seguramente resultará beneficioso tanto para el mercado de alquileres como para el mercado de venta.

“Durante la época de confinamiento se vio una suba en los valores de las casas, por la gran demanda que desató la necesidad de mayores y mejores espacios para habitar y trabajar. Ese proceso golpeó a los barrios que agrupan en sus calles edificios en altura, los que terminaron de acomodarse en valores de alquiler a fines de 2021. Haciendo una lectura un poco apresurada, a nivel general el mercado de alquileres va encontrando la normalidad, salvo algunos segmentos comerciales como los locales periféricos de la zona central y las oficinas de más de 20 años de antigüedad”, precisa el especialista.

Así, desde 2020 hubo variaciones inéditas en cuanto a los lugares que protagonizaron los focos de demanda en los formatos de aislamiento por Covid-19: por ejemplo, en tres meses las casas subieron cien por ciento su valor, en seis meses los conceptos cerrados y housing aumentaron entre 150 por ciento y 200 por ciento y General Paz superó a Nueva Córdoba en el valor promedio de los alquileres de un dormitorio.

“En general, estas situaciones ya volvieron a sus cauces normales y no deberían volver a mostrar desvíos, salvo que una nueva ley de alquileres vuelva a impactar en la estructura de la oferta y los precios”, concluye Oieni.

Fuente: La Voz / Clasificados Inmuebles / fecha 7/06/2022