Tener espacios de trabajo innovadores y que impulsen la creatividad va más allá de los muebles, las paredes de colores o el diseño fuera de lo normal.

¿Te gustaría que tu oficina tuviera un tobogán que va de una planta a otra, como Google en Zúrich? ¿O una tienda de golosinas comoFacebook en Menlo Park o y una sala de yoga como Twitter en San Francisco? ¿O tener un bar en la azotea o zonas para la siesta, o bien acabados de lujo con lo último en tecnología?

En los últimos años muchas industrias han visto cómo las tecnológicas atraen talento a través de instalaciones y ambientes de trabajo fuera de lo común, incluso las empresas más tradicionales y conservadoras se preguntan si hacer algo similar supondría también para ellas la posibilidad de conseguir a los mejores candidatos.

Pero estas mismas organizaciones son las que se preguntan si tener oficinas cool realmente potencian la creatividad de sus colaboradores o si terminarán siendo un distractor más de sus metas y objetivos, o bien, si estos lugares de trabajo influyen tanto en el ambiente laboral como la productividad y si son un factor relevante al momento de conseguir al mejor talento.

Para Juan Carlos Castañon, consultor de la especialidad en Marketing y Ventas de Hays México para empresas de consumo masivo, estas oficinas cool sí influyen, pero implican más que cambiar el mobilario, pintar las paredes de colores divertidos o tener un diseño y una arquitectura fuera de lo normal.

“Esto tiene que ir muy de la mano con el ambiente y la cultura organizacional, las oficinascool no tienen sentido si no hacen match con la cultura de la empresa; ambiente físicamente puede ser muy bueno y atractivo pero si no refleja los valores, ideales y filosofía de la organización no hay congruencia para que lo material combine con las acciones del día a día”, señala el especialista de la consultora especializada en reclutamiento.

Trátalos como adultos

Los colaboradores pasan gran parte de su tiempo en la oficina y obviamente quieren que sea hasta un segundo hogar, que el espacio sea lo más adecuado y confortable para desempeñarse de la manera más óptima posible; por eso la empresa debe tratarlos como adultos para que respondan profesionalmente y no como niños que verán en estas oficinas cool un distractor o una excusa para incumplir sus metas.

Señala que esto podría convertirse en un distractor, en lugar de un motivador, si no se piensa primero en el talento que tiene la organización y qué se está haciendo para conservarlos.

La tendencia de tener salas para dormir, toboganes, espacios para la reflexión, etcétera, es muy bueno pero realmente es para profesionales y para gente que está realmente comprometida con su trabajo y con las funciones y metas que tiene que cumplir.

En el caso de Google, explica Castañon, sus oficinas tienen a gente brillante, muy eficiente, muy capaz, que hace su trabajo en poco tiempo y tiene más tiempo para su ocio, mientras que en México el colaborador está muy acostumbrado a perder el tiempo, no llega a tiempo y ni se dedica a trabajar de lleno, sino que se pone a platicar o hacer otras cosas ajenas al trabajo, que no optimiza su tiempo para terminar temprano y tener más tiempo libre.

“De nada sirven unas oficinas con acabados de lujo y tecnología de punta si no se le permite a la gente pensar y ser parte de las acciones de las empresas o expresar sus opiniones; y el talento busca un lugar donde pueda crear, dar su punto de vista y tener un plan de acción”.

Más que oficinas bonitas

Hoy la tendencia en las oficinas corporativas son los espacios abiertos (open spaces), donde ya ni los directivos tienen oficinas privadas, algo que las nuevas generaciones respetan o admiran más por el hecho de que su jefe se muestra como una persona más abierta y humilde, que está en un lugar con los mismas condiciones laborales que ellos.

“Cruzar una puerta para hablar con su jefe o pedir un permiso es algo que ya no les motiva. Ya no les impresiona una oficina”, destaca el especialista de Hays.

Es importante que las instalaciones generen un entorno positivo, y el invertir en un nuevo mobiliario o diseño es un aspecto que los colaboradores sí notarán, pues refleja un interés de la empresa por brindarle condiciones óptimas para trabajar.

No hacerlo o hacerlo en exceso en lugar de mejorar otras condiciones o incentivos (como los salarios, facilitar nuevos esquemas de trabajo, etc.) no solo incrementa la rotación de personal, sino que también genera poca lealtad e incertidumbre, vuelve pobre el clima organizacional y el comportamiento se convierte abusivo y ventajoso, el trabajo en equipo se vuelve nulo, y el negocio termina mostrando malos resultados.

En este sentido, renovar un entorno no se trata solo de cambiar muebles, sino también de mostrar un cambio cultural y hasta operacional, porque al tratar de cubrir con una capa de pintura las grietas de la estrategia de gestión de personal los resultados no son los esperados ni los más positivos.

Además, si bien se ha demostrado que este tipo de lugares de trabajo trae mejoras en la manera de conseguir y motivar al personal y de construir una identidad diferenciada, por sí solo no es suficiente para conservarlos o atraer nuevo talento, sino que necesita reflejar un cambio en la cultura de la organización.

Fuente: Altosestudiosinmobiliarios.com, Notas Destacadas.

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