Cada proceso de venta de una vivienda es diferente porque cada vivienda es distinta; variará según la ubicación, la tipología, la decoración, el mantenimiento, la antigüedad, entre muchos otros factores. Esto transforma al mercado de inmuebles en un escenario con condiciones de venta mucho más impredecibles que, por ejemplo, el mercado de teléfonos celulares, ropa o automóviles, ya que todos ellos son productos de venta en un contexto controlado (local comercial/concesionaria), de forma repetida (el mismo dispositivo móvil, la misma camisa, el mismo auto), con descriptivos y garantías provenientes del fabricante y a precios fijados en base a estudios de mercado, que el comerciante no controla.